A través de una magia especial vi en el azul del mediterráneo a un pirata cojo luchando para la libertad. Quise nadar hasta el barco, y hacia allí fui, y llegué ayudado por la fuerza de unas aves, que me abrían el paso…
La tripulación era increíble… un marinero me contó que su amada Penélope lo esperaba hace años, porque antes de partir le dijo que quería morirse con ella si se mataba, y matarse con ella si se moría!! Otro, uno enorme, tenía tatuado a Diego y a Mafalda en el pecho y gritaba para quien lo quisiera oír que había tomado el camino de pueblo hebreo, porque un anciano sabio le recomendó que siempre es mejor estar frente al mar.
Era una tripulación de hombres, porque los piratas, creen que las mujeres embarcadas son de mala suerte, quizás, esta sea otra de las cien mentiras que se dicen para aguantar el viaje…
Llegada la noche, cuando el azul se volvió negro, empezó la fiesta. Entre el ron y los habanos alguien se me acercó con un calendario, acusándome, debo decir que injustamente, de haberle robado el mes de abril.
¿Cuánto llevan navegando? Pregunté… y alguien respondió por lo bajo y con voz ronca…19 días, mi amigo, y 500 noches… Son muchas, pensé…
El ruido lo envolvía todo… y sin embargo, hubo un instante, tan sólo un segundo donde volvieron a mí esas pequeñas cosas que tanto me emocionan.
Y recordé mis amores, recordé aquellas noches contigo, y sin ti. Y comprendí que como decía el poeta, no hay camino, sino estelas en la mar.
Así pasaron mis días, y así pasaron mis noches…Hasta que llegamos a un puerto, olía a barrio y Quinquela, a caminito y fútbol.
Mientras bajábamos del barco alguien decía que ese era su fuego, su lar…su poema!! Podés creerlo? Un lugar que olía así?.... En fin, te la resumo para no aburrirte… caminamos como en procesión, todos para el mismo lado… Sonaba un tango a lo lejos, y no quiero mentirte, pero me pareció ver en una esquina, a Evita bailando con Freud.
Finalmente, alguien en una especie de escenario se puso a hablar… Contaba la historia de un amor, tan pero tan grande, que según decía los recuerdos de ella se acostaban en la oscuridad entre su almohada y la soledad…
Algunos empezaron a emocionarse… otros a gritar.. y otros, entre los que me cuento, a jugar. Entonces… como en un reto, alguien dijo “basta ya de joder con la pelota” ¡!!
Nada más imposible de cumplir… estábamos en una cancha… la de Boca.
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