domingo, 19 de diciembre de 2010

El León...



Todos lo conocen como rey de la selva, pero para vos eso será poco.

No tendrá melena fiera para mover al viento, ni garras que hostiguen a las demás criaturas, pero para vos, eso serán sus uñas.

No tendrá colmillos feroces que desgarren su alimento, ni que den un certero mordiscón al cuello de una víctima, pero tendrá dientes, y para vos serán las fronteras de los besos que alguna vez dará, como dijo alguien por ahí.

Quizás, León no ruga fiera y grotescamente, asustando con ese alarido a las demás criaturas, pero podrá reír, y contagiar así de alegría a la selva, perdón, al mundo.

Será portador de tremendo nombre, y orgullosa vos lo nombrarás una y otra vez, hasta que la dureza se transforme en ternura.

No marcará terreno entre aquellos árboles, pero con vos, sabrá cuál es su lugar en el mundo, porque vos se lo diste.

Será rey, quizás lo logre y en ese reino de juguetes y magia, serás de vez en cuando, solo de vez en cuando, su invitada de honor.

Sentite orgullosa, sos parte de él.


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