Empezó fotografiando a su familia en el pequeño pueblo de Checoslovaquia, donde nació hace 73 años. Ingeniero aeronáutico y fotógrafo teatral,pronto fue encontrando su objeto: las minorías rechazadas, olvidadas y amenazadas de Europa, desde los gitanos hasta los campesinos españoles.
Los años ‘60 los pasó fotografiando a los roma de su país y de Rumania hasta que presenció el suceso que lo hizo famoso: estaba en Praga en 1968, cuando los tanques soviéticos acabaron con la Primavera. Josef Koudelka fotografió toda la invasión, la prepotencia de los tanques, la desazón y el miedo de la gente, incluso el punto de vista de los también desesperanzados soldados. Las fotografías fueron publicadas de forma anónima en el Sunday Times de Londres; Koudelka había partido al exilio. La agencia Magnum lo sumó a sus filas, pero las fotos permanecieron anónimas durante veinte años por miedo a represalias. Koudelka, nómade y expatriado, recién pudo volver a Checoslovaquia en 1991.
Vive entre Praga y Francia y sigue trabajando.
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