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viernes, 31 de octubre de 2014

ISMAEL SERRANO - FRAGILIDAD



Todo es frágil: 
tu costumbre de amarme, 
mi fe, 
el silencio y la vida que duerme 
en un vagón de tren. 
Tu contrato fugaz, 
la memoria, 
este hilo de voz, 
las quimeras que surcan estrechos 
y este corazón 
que persigue tu rastro 
en la alfombra de la habitación. 

No es tan frágil 
el trueno del fúsil, 
el temor 
a perderme tus dulces mañanas, 
tanto dolor. 
La memoria del banco, 
el aroma de aceite en el mar, 
las fronteras de acero para hombres, 
humo para el capital 
que regula espejismos 
y ordena tu necesidad. 

Yo soy frágil como un cristal 
si falta usted a esta cita, mi amor, 
si el canto se llena de olvido, 
si el recuerdo se va 
y ya no ríe conmigo. 
Quizá no seamos héroes 
pero aún seguimos vivos 
y en la crisálida su voz estallará. 
Y no se quedará inmóvil al borde del camino 
y hará futuro su fuerte fragilidad. 

Es tan frágil el abrazo del mundo y su paz, 
la promesa desde la tribuna 
y su empeño por perdurar. 
Soberbio y resistente 
es el grito del miedo anunciando el final 
y la noche que escupen al cielo 
tantas chimeneas, 
los disparos de nieve, 
el rugido de las bayonetas. 

Quizá no sea tan frágil 
tu costumbre de amarme, 
mi fe, 
tu voz y tu memoria. 
¿Sabes?, quizá me equivoqué. 
Quizá no sea indestructible 
el trueno del fusil, tanto dolor, 
la burbuja que encierra este grito 
y este temor 
a saberme perdido, 
a perderte y perder la razón. 

Yo soy frágil como un cristal 
si falta usted a esta cita, mi amor, 
si el canto se llena de olvido, 
si el recuerdo se va 
y ya no ríe conmigo. 
Quizá no seamos héroes 
pero aún seguimos vivos 
y en la crisálida su voz estallará. 
Y no se quedará inmóvil al borde del camino 
y hará futuro su fuerte fragilidad.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Ya quisiera yo - Ismael Serrano

Ya quisiera yo ser librepensador,
no oír el rugir de tripas de tantos, ni su llanto, ni su dolor,
establecerme correcto, filósofo, neutral, independiente,
manejarme bien con toda la gente.

Ya me gustaría a mí alinearme con los no violentos,
regalar flores, descalzo, arrancadas de algún tiesto,
sin tener que poner la otra mejilla para nadie,
a no ser amenazado por ningún indeseable.

El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados.

Quisiera ser más listo, pasar de largo,
saberme libre de culpa y limpio de pecado,
y ser alma caritativa, Maria Goretti o santa,
sufrir sólo un poquito, sólo lo que Dios manda.

No entender de política, ni de sus actualidades,
convencerme que es red de araña, nido de alacranes,
y mutilar mi alma y mi esencia de animal social,
saberme superior a tanta frivolidad.

El caso es que me afectan, quizás demasiado,
la tristeza de los suburbios, el drama urbano,
saber que seremos caníbales dentro de poco
y que no habrá carne suficiente para todos.

El caso es que me afecta, quizá más de lo normal,
tener tanto miedo al cruzar mi portal,
ver que arde mi ciudad o que sangra el asfalto.
Quizá debería ver menos el telediario.

Quisiera ser más listo, adoptar bien la pose,
librarme de etiquetas, hasta la de hombre,
y entender que sólo yo me entiendo
y que no me entiende nadie,
ser un buen ciudadano formal y respetable.

Omitir de mis canciones
palabras como: compañero, obrero,
justicia, guerrilla, paz, hambre o miedo,
y hablar del amor, de cosas bonitas, de mis recuerdos,
contar alguna anécdota graciosa
de cuando era quinceañero.

El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados.

lunes, 25 de octubre de 2010

No estarás sola - Ismael Serrano



No estarás sola,
vendrán a buscarte batallones de soldados
que a tu guerrilla de paz se han enrolado.
Y yo en primera fila de combate
abriendo trincheras
para protegernos, mi guerrillera.

No estarás sola,
te saludarán a tu paso en mil idiomas, con mil lenguajes,
la gente a la que despertaste en cada viaje,
los que dormían en las calles,
a los que preguntaste,
por su esperanza, por su desastre.

No habrá distancias
que no cubra cualquier hombre que te busque.
No habrá rincón en que tu nombre no se pronuncie.
No habrá misterio o duda en que tu presencia no luzca,
faro solidario en ausencia de paz,
en tiempos difíciles Estrella Polar.

Sola nunca, nunca estarás.

No estarás sola,
siempre habrá quien se parta en dos en cada despedida,
quien te de aliento cuando te des por vencida.
Tu revolución llenará sonrisas,
yo la incorporé a mis aperos
de trabajo, a mi vida.

Clava hoy tus raíces en mí.
Quién pudiera retenerte en Madrid.
Visitaremos lugares a los que hemos
ido antes juntos,
antes de conocerte,
antes de encontrarte.

No estarás sola,
siempre habrá quien te ayude a hacer las mudanzas,
quien te regale manos flores presencias sin pedir nada.
Y allí estaré para amarte,
y aunque no esté,
allí estaré para amarte.